jueves, 19 de agosto de 2010

Yo no era así (segunda parte)


Aviso: Este post va en serio. He leído una discusión en un foro y les he respondido lo que a continuación detallo con algunas pequeñas rectificaciones.

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Últimamente veo muchas discusiones acerca de la homeopatía lo que me parece muy interesante porque así todos podremos conocerla mejor (para bien o para mal). Yo misma he estado leyendo y oyendo hablar de ella mucho tiempo, antes de decidirme a usarla.

Un amigo mío, su esposa y sus hijos son tratados con medicina homeopática. Él me explicó cómo funciona y yo misma ví cómo se recuperaba de vitiligo, enfermedad que según la medicina occidental no tiene cura (http://es.wikipedia.org/wiki/Vitiligo). Tenía grandes extensiones de su cuerpo totalmente despigmentadas y siendo de piel muy morena, se veía horrible. Pues bien, tras un tratamiento RECETADO POR UN MÉDICO homeópata, al cabo de unos seis meses, apenas quedaba rastro de despigmentación y volvió a lucir su piel morena de siempre.

Yo estoy siguiendo un tratamiento homeopático y me encuentro mucho mejor, y mi hija de 14 meses empezará en breve un tratamiento para fortalecer sus defensas de cara al otoño y su entrada en la guardería.

Se me ponen los pelos de punta de pensar en tratamientos antibióticos que te dejan para el arrastre, el estómago del revés y el hígado de pena. Trataré de evitarlo en lo posible aunque, obviamente, si mi hija o alguien de la familia precisan un tratamiento con antibióticos, se hará porque lo importante es que estemos lo mejor posible.


En la medicina tradicional en occidente, cuando te duele la cabeza, ¿qué haces? te tomas un analgésico, ¿no?, pero no sabes porqué te duele la cabeza, no estás curando la causa: estás tapando el síntoma y dejando de sufrir, con lo cual si es algo más grave sólo se está alargando el problema y agravando, probablemente, sin averiguar y tratar la verdadera causa.

A la mayoría de gente le encanta eso de tomarse la pastillita y que le deje de doler. Si de veras se cura o no, no importa: mientras no se note nada mal por fuera, todo va bien… y luego, van saliendo todas estas pequeñas cosas que se van acumulando despues de años de malas, peligrosas e insalubres prácticas: daños hepáticos, úlceras, gastritis, etc. A la gente le dan jarabes, pastillas e inyecciones en lugar de enseñarles buenos hábitos de vida: les resulta más fácil, las farmacéticas les regalan viajecitos si promocionan sus medicamentos (menos mal que salió la ley del genérico, antes era escandaloso) y el enfermo siente, con su receta en el bolsillo, que no ha hecho el viaje en balde.

En vez de decirnos que dejemos de fumar, que hagamos ejercicio, que bajemos de peso mediante una dieta CONTROLADA y personalizada, que comamos menos harinas, azúcares y lácteos y más fruta, verdura y proteínas de calidad, nos recetan pastillas para bajar el colesterol, para bajar la tensión, para que no te duela la artrosis, para que las contracturas se relajen…

En homeopatía se trata al individuo de una forma global, teniendo en cuenta desde su carácter, su estado físico general, sus hábitos de vida y su estado emocional: todo. No es lo mismo la tensión alta en un señor de 60 años, obeso, gran comedor, sedentario y gruñón que en una ejecutiva de 40 años, delgada, superactiva y con problemas emocionales. ¿A que es algo que nos parece evidente?,  pues a la medicina ocidental le parece lo mismo y les receta la misma pastillita a ambos. Y eso como ponerles la misma chaqueta: a alguno le va a sentar mal.

En la medicina occidental es muy frecuente tratar el síntoma no el origen, por ejemplo, si a un hombre le dan migrañas por una depresión, le administran analgésicos y ya. El dolor desaparece, sí, pero mientras está bajo la medicación. ¿Qué pasará cuándo la deje? ¿y los daños físicos que deja esa medicación?, ¿porqué no se trata y busca el origen del dolor?.

En homeopatía se busca la causa y se trabaja en ella, en el entendido lógico que si se resuelve la causa, se dejarán de sentir los síntomas y para siempre.
No quiero extenderme más para no resultar pesada pero estos y otros motivos son los que me han hecho cambiarme a la homeopatía, estoy contenta y a mí me funciona. Y por supuesto, no me automedico, acudo a mi doctor y él evalúa mi estado y tratamiento.

Quién me ha visto quién me ve: con lo que me ha gustado a mí un lexatín, un miolastán... esas cositas, vaya... y ahora ¡¡aléjate de mí, producto químico¡¡. La crisis de los cuarenta me está pegando duro. Se abre la veda de las críticas. Dénle.

6 comentarios:

Amando de Ossodio dijo...

Te vas a hartar de oir lo del placebo, lo de que en UK quieren retirarlo de la seguridad social (para que las farmacéuticas ganen, más, claro) y no sé cuántas chorradas más. yo al final he hecho coraza y sólo lo comento cuando es necesario. eso sí, siempre les recuerdo que a mi nena la dermatitis sólo se la quitó una homeópata, y ella no tiene aún muy claro qué es un placebo.

Toxcatl dijo...

¡Otra conversa a la homeopatía!!!
Buff, estoy empezando a dejar de sentirme un bicho raro. Y es que a mi tomarme un paracetamol me da escalofríos, si tengo que tomarme un antiácido me encomiendo a todos los santos, y si, por lo que sea, me tengo que tomar antibióticos, solo de pensarlo, me pongo aun mas enferma.

Virginia CRENER dijo...

Estoy completamente de acuerdo en cuanto a qué es la homeopatía y sus beneficios, pero cero de acuerdo en tu descripción de la medicina tradicional.
Yo he trabajado en hospitales durante años, y ya que mencionas la depresión, no he visto jamás a un psiquiatra recetar un analgésico sin hacer un buen diagnóstico antes.
Soy, además, psicopatóloga, quiere decir que antes de recetar nada, me consultaban, administraba cuantas pruebas hicieran falta y sólo tras saber exactamente qué pasaba, y por supuesto, cuál era el origen, se optaba por medicar, por terapia, por ambas cosas o por nada de todo eso.
Demonizar la única medicina demostrada científicamente es un error, Tri.
Muy bien por tu opción homeopática, yo la uso también, pero prueba a dar propoli a un esquizofrénico que escucha voces del más allá pidiendo que asesine a sus padres, y luego me cuentas si no hubiera sido mejor tratarlo con haloperidol.
Un besito.

Unknown dijo...

Amando y Toxcatl: pues ya somos más..
Amanda querida: me gusta mucho tu visión como profesional que eres y tratas un punto muy importante que yo he pasado por alto por no alargarme demasiado, y es que la homeopatía no puede tratarlo todo ni mucho menos. En cáncer, el SIDA, enfermedades mentales y otras que no conozco, sería irresponsable darles unos globulillos de sepia o de tomillo... pues como que no.
No demonizo la medicina tradicional europea porque creo que es estupenda para ciertas cosas, pero mala para otras. Más que mala en sí, mala la praxis, porque sí hay doctores valientes y comprometidos que le dicen a sus pacientes que no están enfermos sino aburridos y les "recetan" macramé (o cualquier actividad que les entretenga) en lugar del pastillazo.
En mi pequeño (minúsculo) universo de enfermedades, no voy más allá de las leves dolencias que nos pueden pasar a todos y que tratamos en las consultas del médico de medicina general, no especialistas: otitis, resfriados, gastroenteritis y mis odiadas contracturas (que me cura mi osteópata sin tomar antiinflamatorios ni analgésicos).
Respecto a lo que comentas sobre tu experiencia como psicopatóloga (me encantaría charlar contigo sobre eso) sólo tengo una -y lamentable- experiencia: hace unos tres años sufrí mobbing por un jefe psicópata -y no empleo este "calificativo" sin saber exactamente qué significa. Acabé con una baja médica de 3 meses y en la consulta de un psiquiatra de la ss... por más que le dije que yo no estaba deprimida sino profundamente cabreada, se empeñó en recetarme antidepresivos, con la consiguiente reacción adversa -agorafobia- porque no era lo adecuado: yo no estaba deprimida y no quiso escucharme. Le reclamaba técnicas de defensa ante la situación y ella se limitaba a decirme que me tragara la pastilla...
Ya sé que los tratamientos farmacológicos son de gran eficacia en muchos casos, pero no en todos.

elnaveiras dijo...

pos fale, si eres feliz. Los antibióticos no se toman como medida profiláctica, sino para curar infecciones, no es lo mismo, aunque lo mismo te he entendido mal.
La homeopatía a mi me parece una filfa, pero al ser inocua, pues no se es como lo de la baba de caracol. En fin, que hagais lo que queráis con eso, aunque dudo de que untratamiento profiláctico homeopático para tu niña sirva de algo cuando se enfrente a una guardería llena de niños portadores de miles de virus. Pero lo dicho, cada uno su vaina .

Unknown dijo...

Mi Pepe, la baba del caracol (todo el mundo lo sabe) sirve para colgar cuadros -es el nomásclavos biológico-, para desengrasar los hornos de los centauros, para afilar las piedras de los carastristes, para entender las mareas y encima de todo, quita las arrugas¡¡¡
Y la Lola, se come hasta los viruses... ja¡¡
P.D.: cuando se ponga malita, no te lo voy a decir sólo pa que no te rías de mí... aunque sospecho que lo harás anyway...