viernes, 10 de diciembre de 2010

Atención al cliente: semos eficaces

Esta misma mañana. Vodafone.
Tropecientas opciones hasta conseguir hablar con un humano. Le explico lo que quiero.
- Ha de ir a una oficina personalmente.
- Muy bien, respondo, pero para asegurarme de llevar todos los papeles correctamente dame por favor el número de teléfono de la oficina de Gran Vía, 64, de Madrid para consultar.
- ¿Código postal?
- ¿Cual? el mío?
- No, me dice, el de la oficina...
- ... A ver, reina, es TU empresa, tú lo sabrás, no?
- (Silencio agresivo). ¿De qué ciudad?
- Madrid... ya te lo he dicho...
- Dirección?
- Gran Vía, 64.. pero si tú misma me has dicho a qué oficina debía ir¡¡¡
- Pues es que tenemos oficinas en toda España, no me sé los códigos postales de todas...
- (Flipo) Y mi empresa tiene oficinas en el mundo entero y tengo una base de datos de todas ellas, a que tú también?
- (Silencio agresivo dos, redoblado), uy, pues la oficina de Gran Vía, 64 no atiende estos temas, será la de Gran Vía, 30.
- (La mar salada) Pues antes era la del 64, según tú, pero puede haberse trasmutado en tienda de chinos en cuestión de minutos...
- ¿Cómo?
- Nada, que si me das el número de Gran Vía, 30...
- El 913333333...
- Muy bien, alguna otra oficina en Gran Vía que sí atienda estos temas?
- La de Gran Vía, 85.
- Me facilitas el teléfono, por favor?
- El 914444444.
- Muchas gracias, buenos días.

Marco al 913333333.
Movistar le informa que este abonado es un señor de Cuenca jubilado.
Genial.
Marco al 914444444.
Movistar le informa que este abonado es una tienda de chuches cerrada por indigestión.
Estupendo.

¿Alguien sabe si los operadores de atención al cliente están emparentados con los controladores aéreos por la parte de "aquetecabreo"?