lunes, 14 de enero de 2008

banco de datos


Hace unos días quedé con una amiga para tomar unas cañas y ponernos al día. Entre trago y trago, dimos un repaso a los acontecimientos más relevantes y claro está, a mí lo más "interesante" que me ha ocurrido en los últimos dos meses ha sido mi sonada separación de mi antiguo futuro ex-marido.

Como estamos en rebajas, se las he aplicado y ya no es ni futuro ni marido: se ha quedado en un contundente "EX" y ahí se va a quedar, en el cajón de los saldos hasta que alguna cándida lo rehabilite.

Ya saben cómo somos las mujeres cuando se trata de criticar a los hombres: puro corazón. A mi relato le siguió el suyo de su último ex y oye, ni que fueran primos. Muertas de la risa, recordando escenas cumbre, frases lapidarias y conclusiones idénticas, pasamos a relajarnos un poco del subidón con confesiones sobre amantes y flirteos varios.

Y aquí, señoras, me veo obligada a informarles de una realidad inquietante: el mundo se me está quedando pequeño. Porque ustedes entenderán, queridas, que si sólo me habló de dos amantes/aventuras/flirteos con nombres y apellidos y ambos dos han sido igualmente amantes/aventuras/flirteos míos, o aquí hay escasez de hombres o más vale que no coincida en parties con mi amiga so pena de acabar en trío para no discutir.

No me atreví a preguntarle el nombre de su actual novio porque de veras temblé ante la posibilidad de que fuera algún ex mío, y en casos como estos, la ignorancia es tu aliada más amable. Sobre todo para ella.

Así las cosas, cuando llegué a mi casa aún secándome las lágrimas de tanto reir y entre vapores alcohólicos la mar de inspiradores, se me ocurrió una idea:

Esta es una modesta (aunque seria) proposición para crear un banco de datos sobre los hombres de nuestras vidas.

Si las mujeres pudiéramos consultar un banco de datos serio, bien hecho, con informaciones contrastadas -aunque evidentemente subjetivas- sobre los ejemplares masculinos a los que queremos "acceder", nuestra vida y nuestro tiempo estarían mucho mejor aprovechados. No les parece, señoras?.

Queridas lectoras, piénsenlo bien: usted conoce a un tipo en un bar, supongamos. Le gusta. Es atractivo, agradable, educado, inteligente, tiene buena conversación, es sexy... ¿O lo parece?, ¿será que el alcohol le hace ver un espejismo?, ¿será impotente?, ¿cómo se lo monta?, ¿estará comprometido y me está mintiendo para llevarme al huerto?...

¿Qué no daría usted por despejar sus dudas con la debida anticipación al desastre -o éxito- desde la comodidad de su hogar?. Imagínese que pudiera consultar vía on-line la ficha completa de su objetivo: medidas, estado civil, filias y fobias, costumbres sexuales, virtudes y defectos y todo aquello que sus beneficiarias/víctimas quieran aportar.

Sean generosas y compartan sus conocimientos y experiencia con el resto. En su mano está el poder de llevar la felicidad al corazón de una joven ilusionada, bien para evitar que termine gastándose una fortuna en psicólogos y antidepresivos o bien para animarle a descubrir las bondades ocultas en ese tipo tan tímido... toda una labor social que desde Chez Tribeca, consideramos absolutamente necesaria en estos tiempos velocípedos.

Piénsenlo y me cuentan.

Y ustedes, caballeros, vayan preparándose.