Le grité al espejo 48 veces la misma canción. Recordé que hacía muchos años lloré escuchándola. Alguien me había roto el corazón y por algún motivo, aquella canción me vinculaba a él, o me hablaba de él, o yo me lo inventé todo. No puedo recordarlo. Tampoco puedo recordar quién era él. Demasiadas cuentas que hacer. Sólo que me hacía llorar.
Ayer le grité al espejo 48 veces la misma canción. Y lloré, para hacer juego. Pero ayer sí sabía quién me hacía llorar.
Desperté en Buenos Aires.
Veinte años de lorzedad 8
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Lo celebramos recordando las mejores entradas.
18 octubre 2006
Terrores nocturnos
Estos ú...
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