jueves, 29 de noviembre de 2007

Tócala otra vez, nena

Le grité al espejo 48 veces la misma canción. Recordé que hacía muchos años lloré escuchándola. Alguien me había roto el corazón y por algún motivo, aquella canción me vinculaba a él, o me hablaba de él, o yo me lo inventé todo. No puedo recordarlo. Tampoco puedo recordar quién era él. Demasiadas cuentas que hacer. Sólo que me hacía llorar.

Ayer le grité al espejo 48 veces la misma canción. Y lloré, para hacer juego. Pero ayer sí sabía quién me hacía llorar.



Desperté en Buenos Aires.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Mi primera entrevista, chispas



Hace tiempo ya escribí sobre las entrevistas a los blogueros. Más bien, sobre las autoentrevistas, práctica esta que no acabo de entender muy bien. No se qué chiste tiene que uno se pregunte a sí mismo lo que quiere preguntarse, cuando lo interesante de una entrevista es precisamente tratar de conocer mejor al protagonista y las cuestiones que pueden desvelar ciertas claves, difícilmente nos las podemos hacer nosotros mismos.

En aquel post yo exhibía mi deseo de ser entrevistada en un programa de máxima audiencia. Por supuesto. Las ideas estúpidas han de ser a lo grande. Pero me ha sucedido algo mejor: ser entrevistada por ese ácido sulfúrico de la blogosfera que es Mondo Gitane. Qué underground. Qué overdose de excitación, señores.

No les digo más que he tenido que salir corriendo al Sepu a comprarme un modelazo para pasearme por mi calle, y de paso, sacarme un extra que estamos a fin de mes.

Así que como ven, mi sueño se ha cumplido con creces y lo pueden comprobar aquí. Próximo objetivo: convertirme en tertuliana de Ana Rosa Testarrosa. Me muero por decirle a la cara lo mal que viste.

Feliz fin de semana, queridos...

lunes, 19 de noviembre de 2007

Follamigos


Leyendo el blog de Chapi Escarlata, me animé a dejar un comentario en su artículo "Amigo para follar" en defensa de los follamigos. Ya sabeis, culebrillas, que a los desocupados como yo nos gusta rebatir, discutir y echarnos unas risas si se puede. Pues bien, un señor me ha contestado en ese mismo blog la mar de enfadado y me ha lanzado unas acusaciones que ojalá y fueran ciertas, porque sin duda mi vida sería mucho más electrizante que la que tengo. Le he contestado emocionada. Ay, cómo me gusta hacerme la lista y qué poquitas oportunidades tengo porque sólo me haceis caso los amiguitos.

Al tema, que me disperso. El señor faltón me acusaba de ponerle los cuernos a mi marido y además, vaticinaba su ruina debido al divorcio, el nostradamus este del todo a cien. Ya sabeis que no estoy casada aunque lo parece seriamente. El indio, mi futuro ex-marido, es pobre pero gracioso a tope así que ni un quinto le puedo sacar, y lo peor de todo (porque esto SÍ que me ha dolido): no le pongo los cuernos, joder.

Y lo he intentado, dios lo sabe, lo he intentado. Y he fracasado. Así, como suena. FRA-CA-SA-DO. Uno que si está muy cansado porque trabaja demasiado y era mucho pedirle -y que tenía una veinteañera tipo pin-up y a dónde voy yo contra "eso"-, otro que se droga demasiado y le da la vena sentimental, y así no se puede que da muchas fatigas, el otro que se ha casado y se lo han debido tragar las enaguas del vestido de novia, el de más allá, recién estrenado padrazo no tiene un minuto entre pañal y biberón... ¿sigo?... no, que tampoco es plan ir ventilando las decepciones.

El indio está convencido de lucir su tocado, y ni modo de llevarle la contraria, no atiende a razones y todo hay que decirlo, con soberana dignidad lo lleva. Aunque sea imaginaria su cornamenta. Yo no sé porqué la gente cree cosas de mí que no son, pero que creen, creen. Algunos hasta piensan que soy lista. Y hasta que valgo mucho. Para qué, ya es un misterio. Engañaítos los tengo a todos, menos al indio.

Y no, no es que quiera ponerle los cuernos, así, de forma voluntaria y consciente. No es eso, no. Tampoco lo contrario. Digamos que tan sólo es que hay una fractura entre lo que mi deseo, puntual, concreto, limitado y circunscrito al "alguien de turno" y la realidad, en la que se queda en algún punto suspendida toda esa líbido dispuesta y por diferentes razones, no se puede liberar en el "alguien de turno". No voy buscando la oportunidad, chavales, de veras. Soy demasiado perezosa para eso. Y mi estado emocional (enamorada como una perra) me impide pensar demasiado en nadie que no sea el pinche indio.

Pero las oportunidades surgen. Ahí están. A mí me están dando esquinazo de un rato a esta parte pero están. Y yo, que cuando no tenemos que enamorarnos ni decirnos palabritas de amor al oído, funciono bastante bien, me veo de repente echando de menos a mis follamigos. Qué cosas.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Buenas intenciones


Tengo una compañera de trabajo, allende los mares, a la que aprecio mucho pero que no la entiendo. Cuando digo no la entiendo es literal. No es que no comparta sus puntos de vista, que esté en desacuerdo con su estilo de actuar o que no comprenda su fervor religioso. No, no se trata de eso. Es simple y llanamente que cada vez que hablamos pido mentalmente un traductor que desentrañe los, para mí, extraños modos de conformar frases que acostumbra, en las que altera el orden natural poniendo verbos donde deberían ir sustantivos, quitando artículos determinados, omitiendo objetos indirectos y un sinfín de dislates que me dejan siempre medio mareada.

Cuando le (le o la, ya estamos con la duda)llamo por teléfono, nunca tardamos menos de media hora y requiero preparación. Respiro hondo como diez veces, me fumo un cigarro y aviso a Charlyboy: voy a marcar a la Chey, ya sabes, tápate los oídos. Porque suelo acabar perdiendo los nervios y elevando la voz, en un intento de clarificar, desentrañar, el oscuro mensaje que la dulce Chey me quiere transmitir, y yo, torpe, no acabo de agarrar la onda. Perogrullo se pasea en espíritu cuando conversamos las dos. Cosas como:

- (Yo) Entonces, fulano trae un saldo a favor de 1,560, descontando la comprobación de agosto, no?
- (la Chey) No, cómo crees?
- (Yo) No?, pero si acabamos de conciliar y ese era el saldo resultante...
- (la Chey) Claro, por eso..
- (Yo)...???¿¿¿???
- (la Chey) Porque entonces tú agarras el saldo y le descuentas agosto y te da eso...
- (Yo) Pero si acabas de decirme que no... ay.. no entiendo...
- (la Chey) Por eso, trae un saldo de 1,560, a ver, dónde te descuadra? revisemos...
- (Yo) Pero si no me descuadra¡¡¡
- (la Chey) Ay, si no es tan difícil, no se dónde te has perdido...

Eso digo yo, dónde me habré perdido... El caso es que ayer tuvimos una de esas conversaciones extrañas en las que aparte de hablar de trabajo con las dificultades habituales, como somos amigas desde hace años, aprovechamos para cotillear un poco sobre nuestros jefes y las novedades de la empresa de este lado y del otro del Atlántico. Yo la expliqué que mi situación era básicamente la misma que el año pasado: seguía sin trabajar apenas por expreso deseo de mi jefe. Y le detallé una vez más mis ocupaciones efectivas y las que me ha arrebatado aquel.

La Chey es una excelente persona, me deseó mucha suerte y me informó que me tenía en sus oraciones. Pues toda ayuda se agradece, aunque una no sea católica. Nos despedimos y colgamos el teléfono. A los minutos, se me parece en el msn con el siguiente "recado" que trasmito textual, respetando ortografía.

La Chey dice (17:26):
Tribeca te boy a dar una oracion o refleccion. como se yame
La Chey dice (17:26):
cada que empiese el hijo de dios que es el que te ase la vida de cuadritos . tu bas a decir. asi
La Chey dice (17:27):
cada que entre cada que o yegue a la oficina . esto es de loque dice la metaficica
La Cheydice (17:28):
lo bas a rrepetir a cada rrato este el o este la otra hija de dios que es la india maria
La Chey dice (17:30):
TU REPITES ( YO SOY UNA ANTORCHA DE FUEGO VIOLETA, Y TODO LO NEGATIVO QUE SE ME APROXIME ES EN EL INSTANTE TRASMUTADO )
sherry dice (17:30):
OK
Tribeca dice (17:30):
sale
La Chey dice (17:30):
SECALÑMA PORQUE SE CALMA EL HIJO DE DIOS Y LA HIJA DE DIOS
La Chey dice (17:31):
Y LA OTRA FRACE ES ( SOY AMOR AHORA ELIJO AMARME Y PROBARME VEO A LOS DEMAS CON AMOR.
La Chey dice (17:32):
PERO EL PRIMERO SEME ASE MAS SIRTO .
La Chey dice (17:32):
ok mi Tribeca
Tribeca dice (17:32):
gracias
La Chey dice (17:32):
cuidate mucho
La Chey dice (17:33):
que dios te bendiga y te cuide adonde quiera que andes . y derrame en ti tosa su luz divina.
Tribeca dice (17:33):
muchas gracias
La Chey dice (17:33):
que la pases bien. estamos en comunicacion
La Chey dice (17:33):
by
Tribeca dice (17:33):
besos, bye

A ver, no me ha quedado claro lo que tengo que hacer. Si cuando vea a una india le pregunto si es virgen. Si el hijo de dios es violeta y si me acerco, me tiño. Si la metafísica me obliga a repartir amor cada vez que entre en la oficina en forma de violetas. O si me tengo que transmutar en oficina cuando haga el amor.

Como veis, las posibilidades son tantas como lo ortográficamente imaginativa que es mi Chey.

Y no cobro ningún plus por dificultades idiomáticas, no...

domingo, 11 de noviembre de 2007

Lo traemos calentito







Pues sí, señores, sí... hace tan solo unos días les hablaba de mi hermosa comunidad y esta noche me han sorprendido más aún si cabe (aunque no han sido mis pobres vecinos), que contemplaban, alucinados, como yo, el reguero de destrucción que han dejado en mi, ya de por sí, jodida calle, los manifestantes...

Ya sabrán, amables lectores, que esta mañana nos hemos desayunado en Madrid con el terrible asesinato por arma blanca de un antifascista a manos de un skinhead. Resulta que un sector bastante imbécil de la derecha había convocado esta mañana una manifestación (autorizada, eso sí) antiracista y antiinmigración. Qué majetes. Y no se les ocurre otra cosa que irse a vociferar a Usera, barrio obrero y de izquierdas. Hay que ser muy pendejo. Pero lo son, lo son. Y se ha liado, cómo no. En el metro. Un muerto, dos heridos graves, seis menos graves. Un muerto, joder. El skin ha sacado el cuchillo de monte y ha atacado al que se le ha puesto por delante.

No tengo palabras. Aunque me temo que vamos a tener que tenerlas, porque esto no va a quedar aquí, mucho me temo. La reacción no se ha hecho esperar y los antifascistas han convocado una manifestación esta tarde en varias ciudades españolas. Y, qué quieren qué les diga, yo no se quiénes han sido. Yo estaba en mi casa, a eso de las 7 y media, y he escuchado mucho jaleo abajo. Cuando digo mucho, es mucho, tratándose de mi calle. Gritos, carreras. Muchos gritos, botellas rompiéndose, contenedores golpeando el suelo. Me he asomado corriendo. Y allí estaban, un montón de jóvenes, casi adolescentes a la carrera. Las caras tapadas. Gorros de lana. Pañuelos palestinos. Mucho chándal y zapatillas. Chillando y corriendo. Tirando todo a su paso, como horda de Atila. Botando la basura al piso y pateando los coches aparcados. He entrado a buscar la cámara, como reflejo. He vuelto a salir y el contenedor de papel de la esquina empezaba a arder como tea. En el extremo de la calle algunos de los muchachos se detenían a observar el fuego unos segundos hasta que las sirenas de la policía les han hecho huir.

La policía no ha tratado de seguirles, se limitaron a acordonar la zona y a contemplar el fuego, ante los gritos de algunos vecinos reclamando la presencia de los bomberos. El fuego se ha elevado varios metros y una enorme columna de humo negro ha tapado totalmente el edificio junto al contenedor. Montones de papelitos quemados han comenzado a volar por toda la calle, como una lluvia de ceniza siniestra. Un anciano enojadísimo se ha puesto a gritar a un robocop: ¿porqué no hacen nada? ¿y los bomberos? ¡que vengan los bomberos¡¡. La policía, impasible, se preocupaba nada más de evitar que nadie entrase en la zona, con excepción hecha de algunos cámaras.

Las putas, los chulos, los yonquis, los del convento, vecinos, en fin, tosiendo y mirando, y preguntándose dónde están los bomberos. El helicóptero de la policía sobrevolando la calle una y otra vez. Que sí, chingados, que está ardiendo el pinche contenedor. Sacudiéndose de los hombros la ceniza, los curiosos tomaban fotos y vídeos con el móvil. ¿Y los bomberos?...

Pues cuando el fuego prácticamente ha consumido el contenedor, cuando de los fácil siete metros de altura que ha alcanzado el fuego, descendió a los 40 centímetros, cuando ya no hacía falta, cuando hasta reconfortaba el pinche fuego a los homeless, entonces, y solo entonces, han aparecido los apagafuegos de la verga. Con sus sirenas a todo dar y su camioncito rojo tan lindo y brillante. Han sacado el extintor de la barbi y fusssss... se apagó. Pos sí. Así yo también soy bombero.

En fin, les dejo unas fotillos de las que lamento la mala calidad.

Ya no tengo que encender la calefacción hoy...

martes, 6 de noviembre de 2007

La comunidad


El edificio en el que vivo sirvió de inspiración para retratar la casa de los Adams, estoy segura. Se trata de una antigua casa-palacio de las que abundan en el centro de Madrid con una bonita arquitectura clásica, sus molduritas con angelitos coronando los balcones, sus contraventanas de madera, sus buenos cuatro metros de altura en cada planta, sus sex-shop a la puerta con sus putas, sus travestis, sus chulos, sus yonquis y su policía municipal saludando a la perrada y pidiendo los papeles a los inmigrantes que les caen mal.

Uno ve mi edificio por fuera y dice ¡vaya, qué chulo¡ si consigue abstraerse del cálido y emocionante ambiente que le rodea. Yo, que ya me he aburrido de dar explicaciones y me gusta torturar, lo reconozco, me callo mientra abro el portal con una sonrisa invitando a entrar. Se les muda la color.

Entrar en mi portal es especialmente divertido si ha llovido. Un suelo de material desconocido pero brillantísimo en forma de plaquetas horrorosas imitando al mármol rojo veteado ultra-deslizante te desplazará a supervelocidad, si no estás prevenido, directamente a estamparte contra la puerta del ascensor. Eso, si eres delgadito. Porque si estás fornido vas a catar azulejo, fijo. Eso, como bienvenida.

Cuando consigues levantarte, puedes disfrutar (tal que si estuvieras en la Capilla Sixtina) de un "bujero" de tamaño considerable a modo de cata en el techo, que hicieron para evaluar cuánto tiempo nos queda antes de que se desplome el cielo del portal sobre nuestras cabezas. Deduzco que poco, a juzgar por la cantidad de pilares de hierro que apuntalan la escayola que sobrevive desafiando la gravedad.

Los valientes que deciden seguir adelante, se encuentran a la derecha una portezuela que es la salida de la cocina de un restaurante de moda desde donde cienes de asiáticos trasiegan con la compra diaria y la basura. Nada más diré que servidora y sus mejores amigos no van a comer allí.

A la izquierda, una ristra (porque aquello no es una fila) de buzones compiten por ser el más desvencijado, roto, y accesible sin llave. El mío resiste como un valiente.

Al fondo se divisa (porque ni de coña me acerco yo ahí) una escalera de madera que da mucho miedo. En sus tiempos, era la parte destinada al servicio. Hace ciento veinte años. Nunca ha sido restaurada. Creo esa escalera tiene el record de mortalidad de la ciudad.

También tenemos escalera principal, cuyo primer tramo, para que te confíes, es de bonitos peldaños de piedra labrada. Es una trampa. Empiezas a subir, creyendo que es segura y te encuentras en la primera esquina una oscuridad tenebrosa que te envuelve sin una miserable bombilla que llevarte a los ojos, y por si no fuera poco, la firme piedra se transforma en escalones de madera de la misma calidad y antiguedad que la escalera de servicio, solo que más grandes y "crujientes". Como arenas movedizas, en algunos tramos. Vamos, que la comunidad de vecinos está estudiando tener un traumatólogo en plantilla, porque los accidentes son el pan nuestro de cada día.

Pero como somos un edificio señorial, pues tenemos ascensor, que lo del ejercicio es de pobres. Antes teníamos un precioso ascensor de madera labrada con cristales esmerilados al ácido de esos de las pelis tipo "Orient Express" que se paraba cada quince centímetros y te dejaba entre piso y piso. Llevar el carro de la compra cargado y quedarte atrapada con el suelo de tu planta a la altura del escote es una soberana putada. Pero si a esa circunstancia le añades una edad media de atrapados de 75 años, no te cuento la mala impresión que da.

Así que se sustituyó el bonitísimo ascensor que se paraba por decisión propia por uno horripilante de metal verde-colegio que se para por decisión propia.

¿En qué hemos cambiado?, pues en el ejercicio del avance del feísmo. Porque estoy convencida que en mi comunidad hay una decisión deliberada de convertir el interior del edificio en el más feo de Madrid y en el más peligroso.

Si no mueres de la costalada que te vas a meter patinando por el suelo colorao, te puede dar un infarto atrapado en el ascensor, o bien puedes escoger la ascensión por las escaleras (la bajada es para profesionales) faltas de iluminación y con movilidad impredecible.

Y si consigues sobrevivir a todo este compendio de obstáculos, siempre podrás deleitarte con el color rosa bebé sobre fino gotelé de las paredes, cuya mitad inferior están protegidas por una especie de valla pegada a la pared al estilo de la casa de la pradera pintado de verde botella. Todo un desafío al más mínimo sentido estético.

Como pueden suponer, amables lectores, no solo resulta imposible aburrirme en este marco incomparable, sino que he aprendido a dar gracias a la vida todos los días, a lo Joan Baez.

Hagan sus apuestas sobre la diversidad de los atrevidos moradores de semejante vecindad...

P.D.: Resulta que estoy nominada en un concurso de bitácoras, categoría de blog personales. Pueden hacer sus votaciones aquí. Si gano, les recompensaré con una visita guiada a mi edificio.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Pasen, señores, pasen

Porque en Chez Tribeca siempre hay un producto que se ajuste a sus necesidades...

Porque estamos totalmente avant-garde la y lo queremos compartir con ustedes, pajarillos...

Porque es nuestra particular aportación a la Memoria Histórica, necesaria, irreverente, fuente de diversión y regocijo de nostálgicos , curiosos, rebeldes de los cuarenta principollos y gente de mal vivir que es la que nos gusta...

Por todo ello, jóvenes... consuman mondo bolero¡¡¡

Todo un carrusel de emociones les aguarda a un solo clik...

Asómense a los abismos vergonzantes, viejunos y carcajeantes que un puñado de patéticos colaboradores ha extraído de su discotheque más oculta y la exhibe para solaz de sus enemigos...

Mondobolero es la güeb para todos aquellos que, en algún momento de sus vidas, compraron ese disco que jamás osarían confesar su tenencia en una reunión de modernos, poetas e intelectuales de postín.

Pero lo tienen. Y aquí lo confiesan...

Pasen, señores, pasen...