viernes, 28 de septiembre de 2007

Camino errado


Leo asombrada en El Mundo de ayer la siguiente cabecera:
Los obispos critican que el 'cheque bebé' favorezca a las madres solteras
* Martínez Camino, contrario a promover que los niños vengan sin un padre y una madre

(Dejemos a un lado la dificultad de venir al mundo sin un padre y una madre, no me seais picajosos).

Ampliación de la nota aquí.

Mireusté señor Camino:

No tendría suficiente espacio ni en este ni en mil blogs para relacionarle todas mis opiniones, quejas y reproches sobre la institución de la cual usted es miembro y representante: la iglesia católica, en versión española.

Trataré de ceñirme al tema que nos ocupa hoy y me esforzaré por no soltarle ningún improperio (por respeto a mí, principalmente).

Cada quien es libre de opinar lo que le venga en gana del asunto que sea. Afortunadamente, señor Camino, usted tiene la suerte de vivir en un país democrático y en el que existe la libertad de expresión, de culto, de circulación, asociación, de casorio, descasorio, paritorio y de todo (mal que le pese a usted) aunque bien que se beneficia de ello para poder verter, no solo sus opiniones personales sino las oficiales del organismo que usted representa, el cual, permítame informarle, es totalmente prescindible para mí y para un montón más de españoles, que no somos ni seremos nunca católicos.

Pero gracias a la democracia, usted puede desempeñar su tarea libremente. En un régimen, pongamos, estalinista, usted estaría fusilado, señor. Como fusilaron en la dictadura franquista a muchos españoles que pensaban de manera distinta a la impuesta por el régimen y que su institución, la iglesia católica, amparó, alentó y bendijo. Aún estoy esperando, como tantos otros compatriotas, que ustedes, los curas, pidan disculpas por su participación tan tristemente activa en un crimen que duró cuarenta años.

Fíjese, señor Camino, que yo, aún siendo contaria a su ideario, no solo respeto su trabajo y sus ideas, sino que me parece estupendo que existan usted y sus colegas. Y lucharía por defenderlos, si llegara el caso de que fueran represaliados, perseguidos o amenazados porque yo creo en un mundo plural en el que poder elegir con libertad.

Ustedes, señor Camino, son una institución religiosa. Y punto. Esto es, a mi modesto entender, que su trabajo es cuidar de las almas y la moral de sus feligreses. No tiene que cuidar sus bolsillos, ni sus trabajos ni cómo limpian la casa sus adeptos, digo yo. De eso se ocuparán las asistentas, los asesores fiscales y los jefes o el INEM de cada quien. Y he dicho, señor, de sus feligreses. Como decía un amigo mío, "el que tenga cochis, que los ate y el que no, no". Pues yo no soy su cochi, señor Camino. A mí no venga con cuerda pa´atarme, que le saco la katana y le convierto en carpaccio en un pispás. Yo le dejo a usted en paz, que diga sus cositas y se vista como quiera, pero usted déjeme a mí tranquila.

Además de estar de acuerdo con las opiniones del PSOE, IU, ERC, IU-ICV por la lógica aplastante que aplican, añado que las manifestaciones públicas que su representada haga no tienen ninguna relevancia hacia el total del país, ya que ustedes no deberían tener ninguna fuerza en las decisiones políticas y menos económicas del gobierno. Como persona, me parece muy bien que usted opine que no apoya las medidas tomadas para ayudar a las madres solteras, pero no lo admito como declaración institucional, porque no se qué pintan ustedes como iglesia en una cuestión que excede totalmente de sus competencias.

Dígame, señor Camino, quiénes son ustedes para decidir que el aumento de mil euros en el cheque-bebé a las madres solteras es una mala medida porque fomenta el nacimiento de hijos fuera de las normas que marca su iglesia, si yo no pertenezco a ella. Si yo no soy católica y mi vida, mi moral y lo que haga con mi cuerpo, lo decido yo, ¿porqué cree que ustedes tienen derecho a interferir en mis decisiones?. Yo no voy a sus iglesias a administrar sus dineros, ¿qué le hace pensar que tiene derecho a administrar los míos?.

Usted decláreme en pecado mortal, que ese es su trabajo y su ámbito de competencias. Pero no ose tratar de castigarme interviniendo en decisiones gubernamentales porque no me ajusto sus normas: usted tampoco se ajusta a las mías y yo no me meto en sus asuntos.

En lugar de penalizar a las madres solteras (aún ignorando sus circunstancias, qué valor tiene ustedes) ocúpense de sus propios asuntos, y en lo que a mí respecta y me importa, señor, y mucho, en lo que atañe a la transparencia de sus cuentas, que le recuerdo que ustedes se niegan a declarar sus finanzas, cuyo grueso proviene de aportaciones del estado, es decir, de MI DINERO.

Váyase usted con los suyos a rezar un rato y hagan examen de conciencia, a ver dónde se han dejado olvidado lo de la ayuda al prójimo, que están haciendo ustedes exactamanente lo contrario a lo que mandó hacer el director general de su chiringuito, Jesús.

Hombre, ya.