miércoles, 30 de enero de 2008

diez días


Diez días.
Repartiendo mandarinas con cuidado por toda la casa.
Curando heridas, reparando espejos, regando semillas que colocamos en el momento preciso, en el lugar exacto.
Cuadros de plastelina.
Mi memoria guardaba su olor desde hacía quince años, sin saberlo. Pero cuando me abrazó, hace diez días, regresó para instalarse en el presente como si nunca se hubiera ido.
Yo no quería, señores.
No quería, lo juro.
Pero no pude hacer nada cuando aquel hombre que parece un buda flaco de ojos de miel alargó sus manos hasta mí, envolviéndome, cubriéndome de besos y canciones.
Diez días y su cráneo, entregado como una ofrenda, para mí.
Diez días y recuerdos desescombrados que nos hacen sorprendernos del hoy.
Diez días de ir colocando piedritas de futuro envueltas de sol y providencia.
Soy obscenamente feliz.
Gracias, Pepe.
Malverde, gracias.

P.D.: Que mi cursilería os ablande el corazón, pandilla de descreídos.

miércoles, 23 de enero de 2008

El diagnóstico


- Doctor, ¿qué me ocurre?. Estoy contenta pero lloro a cada rato. Me siento triste a veces pero rompo a reir. Ya no quiero ver la tele y escucho canciones nuevas que me dan calor. Encuentro guapo a Nick Cave y no me importa que Polly Jean Harvey tenga el pelo sucio cuando cantan juntos "Henry Lee". Se dan un beso al final y es mu bonito. El domingo había tres zapatos diferentes de bebé sobre un buzón de correos y me pareció que alguien los había puesto ahí para que yo los viera. Porque sabía que me iba a gustar. Sueño con malvaviscos. Y estoy pensando en dejar de fumar y correr la maratón de Sigüenza. Estoy muy preocupada, doctor. Dígame, ¿es grave?.

- Señorita (con perdón)... usté es un caso claro de Saudade. No es grave, no se angustie. Le voy a recetar a usté que se lea de cabo a rabo La Razón y el semanario Alba durante un mes, que vea (atendiendo, eh?, no se despiste) Diario de la noche durante quince días y escuche los grandes éxitos de Antonio Flores todo lo que su organismo -que ya veo que es más bien flojo- soporte, pero no menos de 10 veces, que la veo venir. Ahora, lo de querer dejar de fumar... no sé, eso no me gusta nada... y ya no digamos de la idea de la maratón... mire, está bien, va a hacer lo siguiente...

- Dígame, soy toda oídos, haré lo que haga falta... cueste lo que cueste...

- El 31 de enero va a ir usté a un sitio lleno de humo y gente de mal vivir, poetastros, gatospardos y abrazafarolas. No, no ponga esa cara. No hay más remedio, esto hay que atajarlo de raíz o acabará usté mal. No falte a la cita, a las 21h, pregunte por Pepeltenso y se me sienta, se me alcoholiza y se me fuma un paquete enterito de trujas. Sin rechistar.

- Está bien, doctor. Haré lo que dice. ¿Cuánto le debo?.

- Dos bofetadas.

- ¿Perdón?

- Está usté mal, señorita, ya lo estoy viendo. ¿A que quiere besarme?.

- Si, apasionadamente... es usted casi tan guapo como Nick Cave.

- ¿Lo ve?, enferma de Saudade hasta los tuétanos. Abofetéeme ahora mismo, cuatro mejor que dos. Forma parte del tratamiento. Vamos, no se resista... Y en un mes, la quiero ver aquí con un nivel dos de crispación.

martes, 22 de enero de 2008

sinsentido y sensibilidad

Anoche sufrí un síndrome de Stendhal del tamaño del Duomo de Firenze. Pegada a la pantalla de mi computadora experimenté, sin esperarlo, una sobredosis de belleza y sensibilidad tal que terminé llorando cual Magdalena.

Desde que comenzó el año, estoy de un sentimental (por causas ajenas a mi voluntad, conste) que ni una buena balasera me quita lo ñoño. Vamos, que esta mañana cuando he escuchado que han agarrado al Mochomo (narco del cártel de Sinaloa) casi me echo a llorar otra vez.

Y lo más curioso es que no lloro de pena. Lloro porque estoy emocionada, lloro por los reencuentros, lloro porque me hace feliz una canción, lloro por los perdones inesperados, lloro porque un niño me sonríe, lloro porque hace un día maravilloso. Y porque me han agarrado al Mochomo.

Para mí que ha de ser la primavera, en adelanto especial.

Y como estamos así de atontados en Chez Tribeca, pues qué mejor que una hermosísima canción que recién descubrí esta mañana (conmovida que ando aún)y que se la dedico, lágrimas incluídas que sé que no le estorban, al que anoche me dejó a la deriva entre colores, luces y formas.



Así que, amables lectores, trátenme suavemente o empiecen a sacar los clínex.

miércoles, 16 de enero de 2008

Si muero lejos de tí


Si algunos toman como ejemplo a Holanda como muestra de civilidad y desarrollo social , un país en el que el consumo y venta de drogas blandas es legal, me pregunto qué dirán estos modernos sobre la siguiente noticia que mi hermana la Negra ha tenido a bien enviarme. Lean y asómbrense, primermundistas de tres al cuarto:

'Adornan' plantas de mariguana camellón principal de Culiacán

Crece la droga entre flores de ornato y pequeños arbustos en sin que
autoridades se percaten de su florecimiento

Javier Cabrera Martínez / Corresponsal
El Universal
Culiacán, Sin.
Viernes 11 de enero de 2008

14:36 Plantas de mariguana, de 60 centímetros de altura, adornan uno de los principales camellones de una de las avenidas de mayor tránsito vehicular en esta ciudad, sin que ninguna autoridad se percate de su florecimiento.

Entre flores de ornato y pequeños arbustos, plantas de la yerba,crecen en el camellón de la avenida Niños Héroes, casi esquina con la Primera Cerrada del Estado de Tabasco, en la zona residencial de las Quintas.

Como todas las mañanas, personal del área de Parques y Jardines, del ayuntamiento de Culiacán, con la pipa, número 33, placas TX 88-759, irriga las áreas verdes de este sector habitacional, sin percatarse que entre las plantas de ornato, florece la mariguana.
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Mi rancho, pandilla de envidiosas, es lo máximo.

En la foto, como se puede apreciar en todo su esplendor, un soldadito jardinero realizando labores de tala y quema, ecológica práctica esta que como bien sabe cualquier cultivador que se precie, consigue que la maría crezca más y más fuerte.

Levantando el país, coño, como debe ser.

martes, 15 de enero de 2008

Cerrando círculos


Prudencia.
Cuál prudencia. A ver, cuál. A quién chingados le importa la prudencia si uno ha de hacer lo que ha de hacer y listos. Prudencia, pa´qué, dime.
¿Pa´ quedarme callada, sentada, temiendo?.
Miedo al no. Miedo al "valiste madres". Miedo al "ya pasó tu tiempo". Miedo al "ónde cree que va usté".
Ah, no, mija. Yo no valgo pa´eso. Soy culo de mal asiento y ahí voy, a ver qué onda. Que se queden quietas las vacas, si quieren, huevonas, tol día mirando el mismo pinche cuadrito de pasto. Esta muñeca va y si se rompe pos ya me compondré. Ni modo que no. Qué miedo ni qué mis huevos.
Te vas a golpear contra un muro.
Ah, pos mira, así, a putazos, se derriban los edificios. Y se ablandan los filetes. ¿No que no?.
El miedo, a veces, evita el dolor.
El miedo, mensa, evita la vida.
No entiendes...
No, mija, eres tú la que no entiende. Tú y tus virtudes. Tú, la maestra. Tú y tus pinches libritos de escuela, tu caligrafía tan bonita y tu saco de esperanzas maniatado con decencia. Ora mírate dónde estás. Se te llevó la pelona y ni cuenta te das. Puros huesos pelados sin haber probado beso ni caricia. Sin haber temblado nunca entre unos brazos. Sin haber sabido nunca qué había bajo ese camisón que ahora se pudre ahí abajo. Ah, qué la chingada, hermana, ¿aún no te das cuenta?.
Terminarás mal y vendrás aquí a llorarme...
Pos puede ser, ¿quién sabe?. Igual y termino de cantina en cantina, ogada en alcohol y humo de cigarro corriente. Igual y me matan en una esquina en la que ni pueda sostenerme. Igual y sí. Pero lo que sí sé, pa´que hagas corajes que hoy te ví con ganas, es que cuando eso ocurra, habré vivido, hermana. Porque hoy estoy viva y mañana también y hasta pasado, cuando la pelona me lleve y hasta después de eso, estaré viva. Siempre estaré viva y haré una fiesta cada noche en este camposanto pa´que los muertos bailen y las calacas se rían de su suerte. ¿Querrás bailar entonces, hermana?.
Aquí estaré, esperándote.
Órale pues, aquí te quedas, no te me vayas a ir que yo voy a echarme unos tequilas. A tu salud.

lunes, 14 de enero de 2008

banco de datos


Hace unos días quedé con una amiga para tomar unas cañas y ponernos al día. Entre trago y trago, dimos un repaso a los acontecimientos más relevantes y claro está, a mí lo más "interesante" que me ha ocurrido en los últimos dos meses ha sido mi sonada separación de mi antiguo futuro ex-marido.

Como estamos en rebajas, se las he aplicado y ya no es ni futuro ni marido: se ha quedado en un contundente "EX" y ahí se va a quedar, en el cajón de los saldos hasta que alguna cándida lo rehabilite.

Ya saben cómo somos las mujeres cuando se trata de criticar a los hombres: puro corazón. A mi relato le siguió el suyo de su último ex y oye, ni que fueran primos. Muertas de la risa, recordando escenas cumbre, frases lapidarias y conclusiones idénticas, pasamos a relajarnos un poco del subidón con confesiones sobre amantes y flirteos varios.

Y aquí, señoras, me veo obligada a informarles de una realidad inquietante: el mundo se me está quedando pequeño. Porque ustedes entenderán, queridas, que si sólo me habló de dos amantes/aventuras/flirteos con nombres y apellidos y ambos dos han sido igualmente amantes/aventuras/flirteos míos, o aquí hay escasez de hombres o más vale que no coincida en parties con mi amiga so pena de acabar en trío para no discutir.

No me atreví a preguntarle el nombre de su actual novio porque de veras temblé ante la posibilidad de que fuera algún ex mío, y en casos como estos, la ignorancia es tu aliada más amable. Sobre todo para ella.

Así las cosas, cuando llegué a mi casa aún secándome las lágrimas de tanto reir y entre vapores alcohólicos la mar de inspiradores, se me ocurrió una idea:

Esta es una modesta (aunque seria) proposición para crear un banco de datos sobre los hombres de nuestras vidas.

Si las mujeres pudiéramos consultar un banco de datos serio, bien hecho, con informaciones contrastadas -aunque evidentemente subjetivas- sobre los ejemplares masculinos a los que queremos "acceder", nuestra vida y nuestro tiempo estarían mucho mejor aprovechados. No les parece, señoras?.

Queridas lectoras, piénsenlo bien: usted conoce a un tipo en un bar, supongamos. Le gusta. Es atractivo, agradable, educado, inteligente, tiene buena conversación, es sexy... ¿O lo parece?, ¿será que el alcohol le hace ver un espejismo?, ¿será impotente?, ¿cómo se lo monta?, ¿estará comprometido y me está mintiendo para llevarme al huerto?...

¿Qué no daría usted por despejar sus dudas con la debida anticipación al desastre -o éxito- desde la comodidad de su hogar?. Imagínese que pudiera consultar vía on-line la ficha completa de su objetivo: medidas, estado civil, filias y fobias, costumbres sexuales, virtudes y defectos y todo aquello que sus beneficiarias/víctimas quieran aportar.

Sean generosas y compartan sus conocimientos y experiencia con el resto. En su mano está el poder de llevar la felicidad al corazón de una joven ilusionada, bien para evitar que termine gastándose una fortuna en psicólogos y antidepresivos o bien para animarle a descubrir las bondades ocultas en ese tipo tan tímido... toda una labor social que desde Chez Tribeca, consideramos absolutamente necesaria en estos tiempos velocípedos.

Piénsenlo y me cuentan.

Y ustedes, caballeros, vayan preparándose.

miércoles, 9 de enero de 2008

La receta imposible


Para esta receta especial picapleitos necesitaremos los siguientes ingredientes:

- Un hombre (usted mismo, por ejemplo)con pocos escrúpulos, mucho encanto, ni pizca de respeto, buenas dosis de labia seductora, experiencia demostrada en falsear la realidad y moral subterránea.
- Una esposa a diez mil kilómetros de distancia, modelo "ojos que no ven", con tendencia a la ceguera voluntaria, bolsillo saneado y tragaderas tamaño túnel.
- Amantes varias: una joven yucateca aventurera pero demasiado lista como para querer cargar con él, una española tipo gallinácea solitaria y muy urgida que espera paciente su momento pegada al teléfono, visitas ocasionales de allende los mares y lo que le pilla de camino. Todo aderezado de mucho silencio cómplice y muchos amigos que dan cobertura.
- Una pendeja kit completo (casa propia, trabajo estable, bien enamorada y muy confiada).

Colóquese a la pendeja en una bandeja de plata bien untada de amor y cariños. Salpimente con ausencias bien administradas y presencias de perfecta convivencia. Reparta muchos besos dulces por los bordes de la bandeja. Palabras de amor en los contornos de la pendeja. Y una venda en los ojos.

Sitúe a la esposa de pié junto a la cabeza de la pendeja, haciendo sombra constante, pero sin ruido. Úntele un poco de amor a la esposa pa´que no se nos seque y pueda continuar resolviendo necesidades del hombre cuando se vayan presentando. Es opcional la colocación de los hijos como figuritas ornamentales.

Cerciórese que el unte de amor de la pendeja la mantiene bien ablandada y pida favores para comprobar la efectividad del ungüento. No sea tímido, pida y pida para conocer el límite. Pero cuídese de no excederse para no cortar la mezcla y echar a perder la receta.

Tome a la amante española gallinácea y colóquele una mordaza para que no cacareé, engrásela un poco cada cuando sea posible y escóndala del campo de visión de la pendeja tras unas cuantas mentiras y excusas.

Asímismo, concédase un tiempo de vacaciones y váyase con la yucateca a soñar con "otra bandeja es posible". Lance desde la distancia, de vez en cuando, una pelota de unte de amor a la pendeja no se nos resienta y se levante a buscarle. No olvide aliñar con palabras de amor. Termine sus vacaciones y regrese a ver cómo va cociendo la pendeja. Pínchela un poco con ausencias dilatadas para comprobar nuevamente la blandura, siga pidiendo favores de toda índole.

No pierda de vista a la gallinácea y relájese de tanta tensión con visitas y encuentros casuales.

No tenga reparo en utilizar a sus amigos para poder mantener bien engrasado todo el circo: la esposa, las amantes, la pendeja. Si tiene usted que pedir dinero, alojamiento, excusas justificatorias o ha de mentirles para que todo siga en su punto justo de cocción, hágalo sin reparos: aquí lo importante es el guiso y no lo que tengamos que hacer para conseguirlo. Sea profesional y no se detenga por sentimentalismos que le echarían a perder el suculento plato. Sus amigos están para servirle.

Atienda a todos los ingredientes a la vez con la debida diligencia. Tenga cuidado que a la pendeja se le está cayendo la venda de los ojos. Ojo con la esposa que se está cruzando el charco con los elementos decorativos a cuestas. Cuidado con la gallinácea que se pone demandante. Que se le quema la yucateca. Ay, que se nos aparecen eventuales y no tiene usted manos para todo...

Vaya por dios¡¡¡ la pendeja se sacudió el unguento de amor y besos, y encontró la verdad tras las mentiras. Se le fué con la bandeja de plata a otra parte... Si es que... se lo advertí, hombre, era una receta imposible.

Ande, corra a la casa de socorro antes de que le pille la picadora... vamos... corra¡¡¡