Siempre he dicho que no me gusta estar enamorada porque me convierto en una suerte de borreguito almidonado de azúcar, me da por engordar y no hay manera de arrejuntar dos palabras sin dejar un reguero de miel pegajoso.
Hace unos días, en una
soireé de esas de mucho fumar, conocí a la elegantísima y delicada
Catherine. Tuvo la gentileza de informarme de una noticia que esperaba con anhelo (mira que es triste aguardar la muerte de alguien) y manifesté mi interés en postear sobre ello. Pero no he podido. El merengue en el que me he convertido no me permite hablar de cosas "malas y feas". Pinche Marcial Marciel, ni para insultarte una miaja. Afortunadamente, Catherine
ha escrito sobre ello y mucho mejor de lo que yo podría llegar a hacerlo...
La felicidad me está convirtiendo en una ameba sonriente.
Una ameba que necesita escuchar cada noche el "Boatman´s Call" de Nick Cave para dormirse en las madrugadas abrazada al buda flaco repartidor de mandarinas.
Una ameba que luce sus ojeras como si fueran bordados de azabaches bajo los ojos, toda presumida yo.
Una ameba cuya materia gris se ha vuelto rosa pastel merced a los disparos de un cupido que hace horas extra conmigo, el cabrón. Como le pille le pego un estacazo que se le van a quitar las ganas de lanzarme flechas para los restos, maldito bicho volador lobotomizante.
Quiero poder insultar agusto, como antes. Quiero poder criticar y someter al filo de mi lengua viperina a toda la conferencia episcopal, a Rajoy y a la Aguirre y a tí, por listo.
Quiero poder pensar en algo más que en corazones, pajaritos y violines, coño.
Y encima el buda flaco me dice que "esto no ha hecho más que empezar". No mames, pero ¿hay más?. Si ya tenemos suficiente, hombrededios, yo es que no puedo, no puedo con tanta miel y azúcar que esto parece pastelerías Mallorca, todo tan perfecto, todo tan a la medida, como una carta a los reyes magos cumplida al punto.
Pero lo peor de todo, lo peorcísimo, es que estoy encantada.
Definitivamente, me he vuelto una ameba.
Foto: exvoto mexicano de agradecimiento a Malverde por la buena cosecha de mariguana.
11 comentarios:
jujuju, cambia el color del blog a un rosaceo y quita esos azules metálicos combinado con grises plomizos.
Algo así como el departamento de la Barbie en una juguetería jajajajajajaja
LO que estoy pensando es en trasladarme a vivir a una pecera, por lo del rollo ameba, you know.
Y no te metas con la barbi, ese icono del materialismo, juguete fetiche de aquí la menda.
no, si ya sabía yo que el rosa iba por algo
En The Boatman's Call también disfrutamos (y aprendemos) de la certera "People Aint No Good". Nunca lo olvide. Y sí que es elegante la Catherine, sí..., yo siempre se lo digo.
Pues sí chiquilla es un puto inconveniente eso de estar enamorao. Es algo así como llevar puesta la cara de memo (ameba en tu caso) a todas horas. Resígnate y disfruta que la vida es cortita y en breve empezaran a caerse las carnes y los mitos.
Es lo que tiene, las buenas hembras, así como los buenos sementales, se echan a perder por culpa de los amoríos. Lástima.
Torpes ñoños enamoradizos.
Idolatrado y deseado Capitanverga, no confunda: que la "ameba" y la "tolai" que suscribe estén de empalago en estos días no significa que no le tengamos en nuestros sueños más húmedos.
Me encanta Nick Cave...
Ahora hace mucho que no lo escucho...
Me ha gustado mucho este post, la verdad es que cuando nos enamoramos estamos tontos perdidos...
Un besito guapa
Y bueno... La buena noticia es que el periodo de enamoramiento idiota dura unos tres meses cuando mucho... Si después sigues igual ve a Dr. (seguro es Lupus)
respecto a los colores (conversación que mantuvimos usted y yo mediando unas birras). Hay ciertos problemas con los tonos de colores elegidos en su blog cuando el ordenador que se usa para leerla tiene una resolución por debajo de aquél con el que usted implementó aqueste blog y es que los enlaces se vuelven invisibles porque son del mismo color que el fondo (gris). Comprobado el problema resulta que si utilizas un ordenador con mayor resolución y calidad de imaen, la diferencia es un sutil cambio de tono. Lo dejo ahí por si sirve de ayuda.
Sr. Pepeldenso, ¿no estábamos hablando de amor?, qué coño tienen que ver los colores. Ay que se nos pira la cosa.
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